RoLa

sábado, mayo 01, 2004

Algunos pensamientos sobre cómo entendemos la extensión del reino de Dios en la tierra.

Parece que hoy hemos entendido que la extensión del Reino de Dios está limitada a ciertas personas que son capaces de cumplir esta función. Muchas veces escuchamos que se plantan nuevas iglesias, y ahí vemos una manifestación de la extensión del Reino, o sabemos de un gran evento, sea un congreso o conferencia, y creemos que ahí se está extendiendo el Reino.

Pero si queremos realmente entender cómo se extiende el Reino, debemos volver al sentido inicial de lo que es Reino, y éste principlamente se refiere a Reinado, al reinado que Dios merece sobre su creación. Volviendo a entender este reinado, sobre nuestras vidas y sobre el mundo entero, entendemos que la extensión del Reino va mucho más allá de formas visibles de esta extensión, pues va a la esencia misma de nuestra vida como agentes del Reino. Este llamado no lo podremos satisfacer sólo siendo cristianos “ en ciertos días, o en ciertas áreas de la vida”, sino que nos lleva a entregar cada área de nuestro ser Dios.

Comenzamos a cumplir el llamado de ser luz y sal. Primero permitimos que la luz recorra nuestra vida, sin dejar espacios a la oscuridad, por doloroso que sea el proceso. Luego permitimos la sal le de sentido a nuestra vida, en cada área, sin separar lo secular de lo cristiano, sino que todo nuestro ser sea renovado y tome propósito de ser.

Entendiendo así su reinado, nos enfrentamos a la sociedad con una visión clara de propósito, y podemos luego re-entender el rol que cada cristiano puede ejercer en su vida diaria. Es ahí dónde entendemos que la reforma que Dios quiere no se logra por unas pocas grandes estrellas espirituales trabajando por el Reino, sino por el conjunto del Cuerpo de Cristo que toma en serio su rol anunciante de buenas nuevas. De esta forma se revaloriza lo que el individuo miembro del Cuerpo puede aportar para el Reino.

Cuando lo entendemos y aplicamos, dejamos en ese momento de vivir a expensas de lo que sólo algunos pueden lograr, entendemos la función evangelizadora como una función comunitaria, y la ampliamos a las todas las áreas de la vida, en todas las cuales podemos ejercer una influencia.